Eran las 6 de la mañana, casi las 6 y 10. Yo corría para alcanzar la iguana de las 6 y 20. Era preciso que llegara a la UC antes de las 7 a.m. Era el último evento del Servicio Comunitario. Corrí, corrí hasta la parada de Malavé. Había mucha gente esperando el mismo autobus. Subimos rápido al primero que llegó. Todos sabíamos que nos tocaba ir de pie...
Por ejemplo, estaba la gente que, como la mayoria en "la iguana" permanecia tranquila, esperando a que el tráfico cediera. Algunos pensarían "Total, ya voy tarde"..o "Menos mal que salí temprano!". Este tipo de gente, inclúyome sólo en lo del tráfico, poseen maravilla de paciencia. Paciencia, virtud de los sabios. Paciencia para esperar que la vida siga el curso que tenga que seguir, para bien, porque salimos preparados al imprevisto ("menos mal que salí temprano"). Paciencia, también, para soportar las consecuencias de lo que hacemos, y hasta humildad para aceptar que venga lo que nos venga estamos pie del cañon, esprando se resuelva, sin desesperarnos ("total, ya voy tarde"). De alguna forma, esta actitud de esperar en calma a que pase la cola, refleja que los seres humanos tenemos la capacidad, mas bien el buen hábito de esperar con paciencia y resignación ante lo que nos sucede.
Por otro lado, están los que ya sin consuelo, corren a devolverse, porque "ya no llegan", porque "les molestan las colas". Estas personas me recuerdan a una vez que tenía que entregar una tarea. Pero resulta que no la hice el día que debía entregarla, jamás se la lleve a la maestra. Y hubo niños que se la llevaron más tarde, y aun así recibieron la nota completa. Que tonta, pensé que era tarde y me rendí. No hice el intento de convencer a mi maestra como otros niños lo hicieron. Pues así mucha gente, rendida ante las vicicitudes de la vida (dícese de la cola, de que el marido la deje, de que no le entre el pantalón, de que la tipa no le haga caso) coexisten en esta viña del Señor. Coexisten todos ellos sin la convicción de que seguir adelante es la mejor ruta. Coexisten todos ellos, en cambio, pensando que devolverse, ir hacia atrás, merece ser la opción acertada.
En fin, también está la gente que el tráfico les viene como bien. Asi como el dicho de que "no hay mal que por bien no venga". Pues, estando observando las reacciones de la gente, como les comenté, me di cuenta de que una segunda "iguana" venía detrás de nosotros. En el sentido contrario de la calle se estaciona (aja! en medio de la vía) un carro. De allí aparece corriendo una muchacha, de unos 20 años, y le alcanza a gritar algo al conductor del bus, quien sin mucho esfuerzo (por lo del tráfico) detiene la iguana y la espera hasta que se suba. Que bien vale! No perdió el bus, gracias a la cola...Seguro que ella estaba así de apurada como yo y le cayó del cielo el tráfico, ironía, no? Pues, ella me hizo reflexionar y pensar que también existe gente como ella en la vida. Uff de montones. Gente que ante las cosas que parecen "negativas" encuentran una solución favorable. Mira que de estas me han pasado muchas!
Para terminar queridos maripositalectores (jeje, acabo de inventar ese término), la vida es así, yo sólo quería recontarlo, pues de seguro ustedes también lo han experimentado. Me encantó saludarles esta vez, con algo tan mio. Espero que les guste. Tenía tiempo sin escribir!
*iguana= transporte universitario de color verde
2 comentarios:
solo te puedo decir que la paciencia es algo que se va alimentado y fortaleciendo con el tiempo...como la espera en las colas en las iguanas en plena autopista....creo q la mayoria de los ucistas debismos haber alimentado un poco esa paciencia....jejeje...
como siempre muy bueno lo q escribistes...voy a seguir leyendo...
la paciencia es algo importante
cada dia al entrar en la cuidad es igual
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