Era una tarde tranquila de domingo, en casa, haciendo nada, con algo de calor y sueño. ¡Fue hoy! La voz de la amistad se acercaba para compartir la dicha de un amor al fin concretado en la estabilidad y los planes futuros. Esa misma voz, la voz de mi amiga, feliz de que finalmente es feliz, me preguntaba cuando llegaría mi momento, y me decía, a tono de consejo, "Sólo faltas Tú". ¿Sólo falto yo? ¿Soy la única que no es feliz al lado de una pareja que la adore? ¿Soy la única que no planea al lado de un hombre maravilloso cuantos hijos tendrá y qué casa comprarán? ¿Eso es ser realmente feliz? ¿No se me nota que asi como estoy la vida sigue bien?
A veces mi corazón, traidor y débil ante el amor, me hace el mismo reproche, me pregunta que cuando voy a ser feliz.
No entiende acaso este bendito corazón y no entiende acaso mi amiga que eso que tanto buscan, que el amor y la felicidad que tanto me reclaman, ya estaban dentro de mi ser cuando se pronunció mi nombre por primera vez. Soy feliz desde que existo, soy amada desde que existo. Sin planes futuros, con mi soledad, sin fines de semanas en el cine o de romance, con mis kilitos de mas, sin la espera de una llamada nocturna, con la certeza de que tiene que ser como es, así soy feliz, así soy quien soy, ya sin miedos, ni remordimientos.
Fatas tú...si...faltas tú , mundo! por entender que sola o acompañada en mi vida la felicicidad tiene un lugar dentro de mi ser y que de alli Jamás se irá.
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