Aunque sea dificil de creer, por mis actitudes y mis dilemas, estudié en colegio de monjas. Alli conocí a mi mejor amiga: Teresa. Desde que terminé el colegio me olvide un poco de ella y sólo de vez en cuando iba de visita el día de su "cumpleaños". Teresa no vivió en este siglo, sin embargo se convirtió en gran ayudante en tiempos difíciles y consejera. Ella conocía y amaba profundamente a Dios. Y tenemos algo en común: la escritura.
Una de esas noches en las que pensaba en un post la recorde, y recorde una de sus mejores metáforas. Teresa describe nuestro corazón , morada de Dios, como un castillo de cristal cuya puerta es la oración y en cuya habitación principal se encuentra el habitante más importante: Jesús. Siempre está allí, esperando nuestra visita. Pero afuera las espinas, las sanguijuelas, y otras cosas cubren y ensucian nuestro castillo, evitando que nos demos cuenta de quien nos espera dentro...
La noche siguiente leía con facsinación "A orillas del río Piedra me senté y lloré" (Soy fanática de Coehlo) y para mi sorpresa allí estaba ella de nuevo, apareciendo en mi vida y recordandome cuanto la he querido y hace cuanto tiempo que no estabamos juntas. Teresa de Ávila y yo nos reencontramos esas dos noches consecutivas, la primera através de mis pensamientos, y la segunda a través de Coehlo.
Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia 15 Oct.
No hay comentarios:
Publicar un comentario